Buenas tardes, te escribo para decirte
que vuelves a caer en la misma palabra muerta de la sin razón que
aleja los dolores de cabeza de la conciencia, sabiendo, por las
señales de trafico, que de nuevo cogiste la salida equivocada,
sentado otra vez en el bordillo de la parada de autobús se vislumbra
al fondo la luz del túnel mas pequeña y ridícula que antes.
Hubo un momento en el que la ilusión
se confundió, sin saber por que, y se convirtió en una falsa
sensación de creer que todo era posible, saboreando las tenues
creencias de una nueva religión inventada por algún hipócrita
empobrecido, tratando de soñar bajo la luz de una luna que parecía
brillante hasta que te explotó en la maldita cara, dejándote
mirando al infinito con los ojos del muñeco de trapo que usabas
cuando eras un niño y tenias miedo de dormir solo.
¿Te importa?, a veces si y a veces no,
eso dependerá de los fracasos que hayas tenido, pero cuando llevas a
la espalda cargado un saco de piedras de molino, tal vez ya no
sientas ni padezcas, tal vez la coraza forjada por el mago blanco de
la esperanza sea tan fuerte que te aleje del tiempo y del destino, y
tan solo hagas lo que debes hacer, seguir por la misma carretera
hasta que tu coche se estrelle, o coger una nueva salida que aparezca
en tu camino, dejando atrás las gotas de lluvia que intentaste un
día alcanzar a pesar de que ellas caían mas rápido de lo que tu
andabas.
Y una noche, miras las estrellas
intentando distinguir cual es la que te vislumbra el camino, y cuando
la ves e intentas dibujarla con trazos claros pero, se te atragantan
los sentidos, se te irritan los ojos y ella desaparece, se va, se
esfuma, pero sigue ahí, mirándote como a un ser indiferente al que
decirle cosas alegres pero ya no alumbra tu camino, ya no, ahora esa
estrella se ha convertido en fugaz y avanza persiguiendo al
murciélago que cree que cogerá pero que es tan sumamente hermético
que ni siquiera se da cuenta de que es ella la que lo persigue, la
que se siente pequeña volando a su lado, y sabiendo que es mucho mas
grande que el, mengua su luz para convertirse en una pequeña
luciérnaga que acabara en las fauces del murciélago y sera devorada
por sus colmillos, y tu no podrás hacer nada, tan solo mirar y
sonreír falsamente, pues alguna vez tu también fuiste murciélago y
por eso cambiarás de estrella y de luciérnaga.
La historia es cíclica, se repite una
y otra vez, entonces te das cuenta a cada salida que siempre es la
misma salida que se te escapa, el miedo a poner el intermitente pisar
el freno y girar para cogerla es lo que agarrota tus brazos, tal vez
sea eso el miedo a ponerte delante del espejo retrovisor y mirar lo
que has dejado atrás, pero ya da igual.
Enhorabuena, porque a partir de hoy por
fin te has dado cuenta todo se transforma dentro de ti para
convertirte en lobo, pero no un lobo que aulla a la luna o a las
estrellas, no, ahora eres un lobo sin manada que ya no vaga por el
mundo, que no espera a que salga la luna para lanzarle sus lamentos,
ahora eres El Lobo, ese lobo que persigue a las presas hasta la
extenuación, valiente, decidido a cazar aunque ya apenas le queden
dientes, pero que lanza los bocados que después escupirá sin
complejos para limpiar la piel de su presa.
Por fin despiertas de ese run run
atronador que te confunde cada vez que intentabas dibujar en el agua,
y que sabias que era imposible, ya no, ahora vuelves al partido,
sales de nuevo a jugar en la cancha, pero sin equipo, como la
estrella de esa escuadra mediocre que levanta las ligas y las copas,
ahora eres tú, y los demás te importan una mierda. Por fin lo has
entendido todo, enhorabuena.
Atentamente:
Tu.